Aunque todos conocemos bastante bien las malas influencias que tiene la envidia en cualquier ámbito de la vida, conviene recordar, de vez en cuando, que en nuestro entorno laboral también existe y por desgracia mucho más frecuentemente de lo que creemos.
No todo el mundo es consciente que tiene envidia
Aunque las personas envidiosas terminan viendo muy reducida su calidad de vida, a veces no son ni siquiera conscientes de lo que les pasa. No obstante, cuidado, pueden ser muy dañinas. Si queremos que nuestro emprendimiento progrese enfrentándose a los menos escollos posibles, a la hora de dedicarnos a la tan necesaria tarea de ganar amigos, tenemos que estar atentos y aprender a detectar inmediatamente a los envidiosos para alejarnos lo antes posible de su influencia. Refresquemos, pues, en qué consiste la envidia y cómo detectar a los envidiosos.
Dolor y frustración
La envidia es un sentimiento de dolor y frustración que surge al no tener aquello que posee otra persona y que uno mismo no ha podido conseguir (dinero, atractivo físico, éxito laboral, etc.) El término procede del latín “invidere”, que significa ver con malos ojos. La envidia es una emoción social que deriva de la comparación negativa con iguales, es decir, entre personas de la misma clase social o dentro del mismo grupo de referencia. La envidia no consiste únicamente en desear lo que los demás tienen, lo que caracteriza principalmente a la envida es el deseo de que el otro no tenga lo que uno desea.
Cómo reconocer a una persona envidiosa
Existen una serie de rasgos y actitudes por las que se puede reconocer a una persona con envidia:
1. Elogia, pero minimizando siempre los logros ajenos.
Para demostrar que no sienten envidia, estas personas suelen hacer cumplidos, aunque les delata su tendencia a ignorar o a minimizar el éxito ajeno, asociándolo a factores que nada tienen que ver con las habilidades sociales y/o personales, como por ejemplo, la suerte o la casualidad.
2. Al envidioso le gusta presumir ante los demás.
Alardea de su éxito, compitiendo constantemente los otros. Curiosamente, las personas envidiosas sí consideran que sus logros se deben a sus propios méritos, de manera que procuran que los demás sean conocedores de los mismos, para así sentirse más valorados. Es muy común entre los envidiosos presumir de forma excesiva de sus logros o de sus posesiones.
3. Desanima o da malos consejos.
Las personas envidiosas no quieren que los demás alcancen el éxito que ellas mismas no han sido capaces de obtener, por lo que sabotean a los demás desanimándoles o incluso dándoles malos consejos intencionadamente.
4. Imita a la persona envidiada.
Las personas envidiosas son muy competitivas y tienden a compararse constantemente con los demás. Por ello, tenderán a emular a la persona objeto de su envidia, buscando superarla incluso en actividades que no sean de su gusto o interés.
5. Critica mucho.
Cuando el éxito es ajeno, la persona envidiosa suele evitar participar en los momentos de celebración o minimizar los logros ajenos, difundiendo rumores o criticando a la persona sin llegar a confrontarla directamente.
6. Utiliza la humillación.
Si bien es cierto que a veces una buena crítica puede ayudar al que se equivoca, las personas envidiosas dedican gran parte de su tiempo a señalar los errores de manera insensible e inoportuna. Su único propósito es mostrarse superiores ante los demás y tratar de excluir a sus competidores. También tienden a alegrarse y a regodearse del fracaso ajeno (En alemán existe una palabra para describir dicho sentimiento “schadenfreude”).
7. Se alejan sin motivo aparente.
Los envidiosos pueden mostrarse fríos o comportarse de manera extraña cuando a uno le ocurren cosas positivas.
El origen de la envidia
Diversos autores han planteado que el origen de la envidia se encuentra en los albores de la humanidad, pues el ser humano debía competir en la búsqueda de recursos y generar estrategias con las que conseguir ventajas necesarias para sobrevivir. El problema es que muchas personas desean cualidades o un estilo de vida por el que no están dispuestos a trabajar y a esforzarse, centrando su atención en otras personas en lugar de en lo que les falta a ellos para alcanzar sus metas. De esta manera, la envidia no estimula la imitación, sino que conduce al deseo de ver mermado el éxito ajeno.
Falta de autoestima
Esta forma de pensar termina generando frustración y rabia hacia el éxito ajeno. Todo ello refleja la falta de autoestima y el sentimiento de inferioridad que siente la persona envidiosa, que en ocasiones puede utilizar la ironía, la burla, la injuria y la presunción como estrategias de defensa de su propio ego. En los casos más extremos, la persona envidiosa puede llegar a tener reacciones verdaderamente hostiles, llegando a rechazar a la persona envidiada o tener un comportamiento agresivo debido a la ira contenida.