Convertirte en un buen orador te dará habilidades de persuasión, destreza en la expresión, pensamiento crítico, aumento de seguridad y autoestima. Todas ellas son cualidades fundamentales para convertirse en un emprendedor de éxito y un líder empresarial. La buena comunicación es la mejor herramienta que existe para interesar a los demás en nuestro negocio. Sin una buena comunicación la venta resulta una tarea estéril y a menudo decepcionante.
Hablar en público se entrena
No vale con asegurar que uno es muy tímido, la capacidad de hablar en público se entrena a base de práctica. Hablar en público no es leer en voz alta, ni hablar más alto que otros, tampoco hablar sin orden alguno. Significa saber transmitir, articular un mensaje claro y trasladarlo del modo más eficaz posible.
Deberíamos lograr hablar en público sin que nos tiemble la voz, sin que nos entre el pánico escénico y sin que nos quedemos en blanco a mitad de discurso. Aunque esta situación es muy habitual, les sucede cada día a cientos de personas, los expertos en comunicación aseguran que se puede superar con facilidad. En este post te ofrecemos los 6 consejos importantes a la hora de hablar en público.
1. Buena organización
El primer truco para aprender a hablar bien en público es preparar nuestra presentación. Tenemos que asegurarnos de conocer a fondo el tema del que vamos a hablar y también tratar de estructurar nuestro discurso para planificar el tiempo que le dedicaremos a cada temática. Cuanto más organizado estemos, menos nerviosos nos pondremos.
Te guíes o no por material audiovisual, una ayuda muy práctica es realizar un esquema en una pequeña tarjeta con los temas principales de tu exposición, así mantendrás un orden e irás derecho a tu objetivo final. También, si es posible, revisa con anterioridad el audio y el video del lugar en donde vas a hablar, pues a veces la tecnología nos juega malas pasadas. Cuanto más bajo control tengas la situación, más tranquilo y menos nervioso te sentirás en tu ponencia.
2. Impactar desde el principio
Oscar Wilde decía:”Nunca tendrás una segunda oportunidad de causar una primera impresión”. Una gran frase que nos muestra la importancia de ganarse a la audiencia en los primeros segundos de un discurso. Debes utilizar estrategias para conectar con el público desde el principio, engancharles y que quieran seguir escuchando.
Algunos ejemplos para crear expectación son por ejemplo utilizar citas célebres sobre un tema o recurrir al humor para romper el hielo y conseguir la atención necesaria para crear vínculos con el público. Si hemos creado un ambiente relajado desde el principio, nos sentiremos dueños de la situación y estaremos más tranquilos.
3. Expresarse con sencillez
Lo primero que se necesita para hablar con sencillez es saber resumir tu propuesta en un par de enunciados. Si no lo logras, debes volver a repasar la presentación. Las veces que haga falta.
Lo segundo es utilizar un estilo claro y de fácil comprensión para los oyentes. Muchos tecnicismos o vocablos específicos requieren una explicación continua y distraen mucho al público del mensaje principal.
4. No excederse leyendo
Aunque es muy recomendable, como explicamos anteriormente, guiarse por un pequeño esquema organizativo de las materias, este debe utilizarse como sistema de apoyo y no como base de la presentación. Cuando leemos, la comunicación no es directa, no estamos creando acercamiento con el público, no mantenemos el contacto visual con los oyentes y por lo tanto, no llamamos su atención.
5. Contacto visual con los asistentes
Al hablar en público es imprescindible crear un ambiente de confianza con nuestra auditorio. Si mantienes tu mirada en las notas o en el suelo, el público captará que no te sientes seguro y tendrá sensaciones de desconfianza, falta de atención o desinterés.
En general la gente presta más atención cuando forma parte de una conversación en la que se siente involucrada, por eso aunque estés hablando en público, trata de repartir tu mirada entre los asistentes, escogiendo siempre las caras más amigables. De este modo lograrás abarcar al público y podrás captar cómo va reaccionando a lo largo de la charla.
6. Lanzar una pregunta
Podemos terminar la exposición lanzando una pregunta al auditorio. La pregunta siempre es una técnica de cierre, aunque también es recomendable en la apertura de un discurso. Debe ser una pregunta clara, realizada con buena pronunciación e intenso contacto visual con el auditorio. La pregunta tiene que generar un desafío, una curiosidad, algo que ponga a pensar a la gente.
Por último, no olvides que para que una presentación en público salga bien es bueno haber visualizado su éxito con anterioridad. Eso es lo que hacen los oradores más importantes del mundo. Se proyectan al futuro, se ven a sí mismos experimentando esa situación en clave de disfrute y se liberan del miedo y la ansiedad para cuando el evento suceda en el mundo real.